Ella perdió el amor de su vida
por dedicarse a tejer las costumbre de un hogar
y llegaron los hijos a encaramarse en sus antojos.
Con la rutina desde un cepillo de dientes hasta
recoger la sábana de la cama en las noches.
Sólo vive de recuerdos y una red social es ahora
la jaula de sus fracasos.
todos conectados,
sin amor.
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