He dejado dos islas
en un mismo mar;
Cuba y mi madre.
Cuba, esa isla que raspó
mis rodillas y me echo andar,
fue la isla que me enseñó que
la sal antes era,
el sudor de las olas.
El fin vagando.
Mi madre, esa otra isla tan vertical y seria,
que yo trepaba por su leche.
fue mi primera isla, mi madre.
La que luego me puso
esa otra isla,
como una canasta, Cuba.
Se disipan.
Son dos llagas.
2010
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